martes, 28 de agosto de 2018

Descendientes del Latín

La lengua española se formó en la Península Ibérica. Pero, su evolución no es sencilla de estudiar, ni tampoco fácil de explicar. Por más profunda que sea la investigación de un suceso, como es el desarrollo del español, nunca va a poder ser una explicación exacta. Luis Fernando Lara, en su libro "Historia mínima de la lengua española",  da una aproximación muy acertada de lo que fue la consolidación de nuestro idioma.

En el primer capitulo, como bien lo dice el título, "Sustrato prerromano en la Península Íberica", Lara habla acerca de las herencias que le debemos a los pueblos que habitaron la península antes de la colonización romana. Empieza por mencionar a los Iberos, aborígenes, que aportaron en su escritura dos semisilabarios y una adaptación del alfabeto griego, que contaba con 12 letras sencillas y quince silábicas. De ellos también surgen los sufijos -arro, -orro, -urro e -ico, -ueco.

Otro pueblo de gran importancia antecesor a los romanos fue el Vasco. Muchos autores dicen que tiene orígenes africanos; beréber. Y muchos otros defienden que se relaciona con la lengua preindioeuropea; Cáucaso. Su influencia lingüística consta de 5 vocales. Y de ellos se rescatan muchos aportes, que hoy en día se aplican al español . Entre ellos están la acumulación de varias preposiciones en una misma oración y el artículo neutro lo

Los Celtas con origen indioeuropeo, que llegaron a la península alrededor de los años 800 a.C., se mezclaron con los Iberos, formando así el pueblo Celtiberos. Su gran aporte fue la lenición, que consiste en la sonorización de las consonantes oclusivas. 

Los Fenicios, cultura que desarrollo su escritura desde el año 1000 a.C. en base a los jeroglíficos egipcios, se cree que fue la base de escritura de los Iberos. Y otra de las colonias mediterráneas que no podemos dejar de mencionar son los Griegos. Estos últimos, también tuvieron influencia en el vocabulario de los Iberos.

Es importante mencionar a todos estos pueblos anteriores a la colonización latina, porque ayuda a entender cómo el latín no fue adaptado tal cual, sino que hubo alteraciones dentro de las mismas diferencias que presentaba el idioma. No se puede adaptar una ideología completamente nueva y desterrar los conocimientos previos por completo.

A partir de la colonia de los romanos, a la Península Íberica se le conoce como Hispania. Y como en todas las colonizaciones sucede, los militares no son solo de una zona especifica, lo que crea aún mas variación de las lenguas recién llegadas. Sin embargo, el idioma oficial de los romanos es el latín. Cabe mencionar que, el latín tiene muchas variantes, pues en ese entonces, no había mayor comunicación entre regiones. Es el famoso latín vulgar, que era hablado por el pueblo. Se contrapone al clásico, hablado solo por una minoría, al cual, solo tenían acceso los letrados de la época. Y por lo tanto, el español está más apegado a la estructura de la forma de hablar del pueblo. 

En los inicios de la escritura del latín, solo se trataban temas políticos o sagrados. Tiempo después, se fueron incorporando asuntos de la vida cotidiana. Durante la época romana se escribía con mayúsculas y surge la cursiva, que se dividió en cursiva antigua (empleada en los siglo I a.C. hasta el III d.C) y la cursiva nueva (III d.C- VII d.C). A partir del siglo VII, apareció la escritura unicial que combina mayúsculas y minúsculas. 

Surge un método de lectura durante la Alta Edad Media, que consistía en el siguiente proceso:
Lectio- reconocer letras, sílabas, palabras y oraciones.
Discretio- descifrar el texto
Pronuntatio: pronunciar el texto en voz alta.
Enmendativo- corregir errores de recopilación
Enarratio- identificar vocabulario
Explanatio- comprender el texto
Iudicium- valorar cualidades del texto 
Se utilizaban papiros que se desenrollaban de izquierda a derecha sobre una mesa, y más adelante se inventan los pergaminos, que dio origen a los códices y permitió una lectura mucho más práctica.

El latín hispánico es caracterizado por una serie de singularidades, que se comprenden a partir de la comparación con el español actual. La duración al pronunciar las vocales era pertinente para el significado de las palabras y el acento de intensidad no provocaba cambio alguno. Actualmente, sucede todo lo contrario. 

Las vocales eran largas por posición. Todo dependía de en dónde estaban situadas. Cuando la vocal era breve, el acento caía en la antepenúltima sílaba. Surgió entonces una confusión entre vocales cerradas y abiertas, que hizo surgir la primera estructuración del sistema vocálico que consistía en 7 vocales y posteriormente se redujeron a 5. Al escucharse menos, algunas vocales se perdieron, otras cambiaron de punto de articulación  y otras dieron lugar a la formación de diptongos. 

Las consonantes estaban clasificadas en:
Oclusivas sordas (P labial, T dentolabial y K velar)
Oclusivas sonoras (B labial, D dentolabial, G velar)
Fricativas sordas (F labial, S dentolabial, H velar)
Fricativas laterales (L dentolabial)
Fricativa vibrante (R dentolabial)
Nasales (M labial, N dentolabial)
Las consonantes sordas en posición intervocálica se sonorizaron (P-->B//T-->D//K-->G)
Las oclusivas sonoras (B,D,G) sufrieron lenición y, al relajarse entre vocales, desaparecieron.
Los fonemas /n/ y /s/ cuando estaban juntos se pronunciaban como /s/ P.e: mensa- mesa. No se distinguían la /u/ y la /v/.

La Yod es un sonido palatal semiconsonante, que representa el fonema 'i' e hizo surgir nuevos sonidos como la "y", "ñ", "ch", "z". Existen 4 casos de Yod:

La morfología presenta varios cambios, tales como: la desaparición de la diferencia entre vocales largas y cortas, la adaptación de nominativos plurales con  la aparición  de los sufijos -as,-os,  la formación de preposiciones y la conversión de los sustantivos neutros a los masculinos. Se empiezan a formar verbos a partir de sustantivos. Y surgen muchos tiempos verbales por la multiplicación de las perífrasis, que no es más que dos verbos usados para formar un significado, una sola acción. Por ejemplo: he amado, había amado, habré amado, etc. Y algunos que no son tan reconocibles como: amaría= amar + había.

La lengua evolucionó en el orden sintáctico (sujeto+verbo+objeto). Pues, el latín culto ocupaba una estructura inversa (determinante+sustantivo y objeto+ verbo). En cambio, los idiomas romances, se acomodan de esta manera: sustantivo+ determinante y verbo+ objeto.

El vocabulario siempre está sujeto al cambio, ya que obedece los intereses de la sociedad. En el caso del latín, el factor que más influyó en el cambio de palabras fue la fonética. El latín hispánico tenía gusto por lo diminutivo, costumbre que aún prevalece en el idioma español. 

Bibliografía

Luis Fernando Lara, Historia mínima de la lengua española. El Colegio de México- El colegio Nacional, México, 2013; 570 pp


domingo, 19 de agosto de 2018

Me presento

No tengo mucho que ofrecerte, pero supongo que si estás leyendo estas palabras es porque te interesa saber algo de mí. Antes de seguir con el relato, es mi deber informarte que, ordinaria, mi vida es y es sencillamente mi debilidad. Pero no por estar yo enamorada de quién soy, significa que tu también lo estarás. Así que te advierto, querido lector, que soy como una margarita, ni la mejor ni la peor de todas las flores.

Ordinaria, mi vida es, porque nací en esta ciudad, en la misma en donde todos estamos parados. Tengo una familia bastante convencional. Estudié en un colegio muy tradicional. Y mis relaciones están fundadas en los gustos comunes y similitudes que encuentro en las demás personas, con las cuales me identifico. Así, repito, mi vida no sale de lo normal. No tengo una gran historia, pero tengo lo que soy para ofrecer.

Sencillamente mi vida es mi debilidad, porque no pude haber elegido mejor lugar en donde crecer y formarme como persona, más que en la ciudad de Puebla. Y mi orgullo es sentirme mexicana. Amo la cultura. Me encanta toda la comida, y no me tachen de presuntuosa, pero puedo asegurar que la gastronomía poblana es la mejor de la República. La forma de ser de los mexicanos, ese caluroso saludo que no encuentras en ningún otro lugar, atrae e incluye a cualquiera.

Mi familia constituye la parte más grande de mi debilidad. Me ha enseñado más de lo que soy consciente. Tengo cinco hermanos mayores, de los cuales rescato las mejores virtudes y, a la vez, los peores defectos. Y toda la sabiduría viene de mis dos padres. Mi mamá es buena. Así, sin más explicaciones, porque no hay medida, ni tampoco suficiente descripción para su bondad. Mi papá, mientras tanto, es la persona con el carácter más fuerte que conozco, pero le admiro su incansable trabajo y su preocupación incesante por el prójimo.

Vivo encantada de la gente. E intuyo que eso tiene una explicación lógica y simple. Y la razón principal se la debo al destino, que solo ha cruzado personas increíbles en mi camino. Tengo amistades, que por más ordinarias que parezcan, para mí valen oro y son el mayor tesoro que poseo.

Colecciono despedidas. Por más imposible que suene, en mi mente están guardados todos los adiós que he dicho. Y tengo suerte, porque hasta ahora, ninguno ha sido un hasta nunca. Siempre me despido con la intención de reencontrarme con las personas y me encanta quedarme con esa melancolía de haber conocido a alguien y saber que nos vamos a volver a ver. Para mí, el despedirse no solo es un acto de cortesía, ni mucho menos un modal. Es una transición que, si se profundiza en ello, nos da la explicación de nuestra manera de ser.

Y a partir de esto, de mí misma queda mencionar, que no soy extraordinaria, pero soy ordinariamente feliz.

Ordinaria, mi vida es y es sencillamente mi debilidad.