lunes, 3 de septiembre de 2018

Sin darnos cuenta, hablamos árabe

¿Creías que el español viene del latín? Pues estás en lo correcto, pero no del todo. En este apartado hablaremos de la influencia árabe, que es de suma importancia para el idioma actual.

España Visigótica

En el año 410, los visigodos ocuparon la Península Ibérica, desterrando a los romanos. Los recién llegados hablaban dialectos germánicos. Y sucedió entonces, que, como el latín tuvo mucha fuerza en los conquistados, en el siglo VII los reyes Chindasvito y Recesvinto recopilaron leyes en las que se mezclan los usos germánicos con los romanos.

Se creó el Fuero Juzgo, un documento que ayuda actualmente al estudio de las instituciones medievales. Su principal función es civilizar los reinos cristianos y su importancia fue el motivo para mantener el latín vulgar (protorromance).

Las palabras que heredamos de los germanos se dividen en dos, por su distinto carácter

1. Grupo de la guerra: orgullo, ufano, guerra, riqueza, talar, rapar, robar, triscar, estampar, gana, guardar, botín, ropa, ganar, galardón, lastar, banda, bandido, espía, ardido, burgo, feudo, bastir, etc.

2. Grupo de la paz: toldo, sala, banco, jabón, toalla, guante, falda, sopa, tapa, brote, tejón, ganso, blanco, gris, arpa, agasajo, compañía, entre muchas otras.

España árabe

El último rey godo se llamaba Rodrigo y murió durante la batalla de Guadelete en 711, batalla que perdieron contra 7000 moros en la zona de Gibraltar. Los españoles llamaron a los invasores moros por ser musulmanes.

Las colonias de los árabes fueron caracterizadas por mantener la humanidad, tolerancia, amor al trabajo, cultura y arte. Llevaron consigo conocimientos de química y álgebra que heredaron a toda Europa. Los moros son los fecundadores de  la ciencia y filosofía medievales. Gracias a ellos, España se hizo la maestra de Europa en esa época.

El español conservó alrededor de 4000 palabras de origen árabe. Entre ellas se encuentran: alfaneque, baharí, borní, alferraz, sacre, neblí, alcahaz, alcántara. Se adentra en el tema más adelante.

Existió, durante la colonia árabe, cierta división de clases.

  • Muladíes: cristianos convertidos al Islam, por convicción propia. El término muladíes tenía un significado negativo para los cristianos, pues se referían a ellos como los renegados. Por lo contrario, para los árabes quería decir adoptadores y les recordaba su gran capacidad de convivencia y tolerancia hacia los hispanos. 
  • Mozárabes: cristianos que vivían bajo el dominio árabe. Los habitantes de Hispania se "arabizaron" con el tiempo, en la medida que quisieron y sin imposiciones. 
  • Mudéjares: musulmanes que permanecieron en el territorio cristiano durante la reconquista de la península. 
  • Moriscos: musulmanes que se quedaron en España posteriormente a la conquista por parte de los cristianos al resto del territorio.
Los árabes dejaron un legado extenso en artes y conocimientos. Destacaron, principalmente, como horticultores, molineros, carpinteros, sastres, talabarteros, barberos, panaderos, cocineros, marineros, pescadores, agricultores, expertos en equitación, médicos, constructores, medidores, decoradores, veterinarios, perfumistas y tejedores, entre muchas otras actividades, que para ese periodo eran avances trascendentales.


Y por supuesto, los árabes dejaron una herencia relevante en el idioma español. Los arabismos que se presentan a continuación son clara evidencia de la deuda tremenda que el idioma tiene con esta cultura.

Almíbar, alcorza, alajú, alfajor, alfeñique, alfiler, aladar, alcanfor, azogue, almagre, alumbre, álcali, y alcohol son más ejemplos de las palabras en español que tienen origen árabe. Pero no acaba ahí la ejemplificación. Existen las llamadas "grandes palabras" por su relación con el pensamiento matemático y su especulación científica.

  • Pensamiento matemático: cero, cifra, algoritmo, guarismo, álgebra. 
  • Especulación científica: cenit, acimut, alquimia. 

  • Más sustantivos como:


Jardinería
Arrayán, adelfa, alerce, acebuche, alhucema, albahaca, alhelí, azahar, jazmín, azucena, amapola, arriate, albaricoque, albérchigo, alfónsigo, sandía, limón, naranja, toronja, jaharí, jabí, zafarí
Agricultura
Alquería, almaciga, cahiz, fanega, atarjea, acequia, aljibe, noria, arcaduz, zanja, azud, alfalfa, algodón, arroz, azúcar, azafrán, ajonjolí, acelga, alubia, berenjena, zanahoria, algarroba, alcachofa
Economía y comercio
Ceca, almacén, alcaicería, atijara, almoneda, dársena, alhóndiga, alcancía, almojarife, alcabala, aduana, tarifa, arancel
Pesas y medidas
Azumbre, arrelde, alamín, adarme, quilate, quintal, arroba
Arquitectura y mobiliario
Alarife, albañil, adobe, azulejo, zaquizamí, alacena, tabique, alcoba, alféizar, ajimez, albañal, alcantarilla, azotea, zaguán, aldaba, ajuar, azafate, jofaina, almofía, almohada, alfombra, alcatifa, almozalla, alifafe
Vestimenta y lujos
Tunecí, bocací, almejía, albornoz, alquicel, aljuba, jubón, jaez, gabán, zaragüelles, alpargatas, alcorques, albanega, ciclatón, alcandora, cenefa, alamar, almizcle, ámbar, algalia, benjuí, talco, alcohol, solimán, alcandor, albayalde, ajorca, arracada, aljófar, alaqueca, alhajas
Música y regocijo
Adufe, rabel, laúd, guzla, albogue, ajabeba, añafil, tambor, algazara, albórbola, alharaca, alborozo
Milicia
Alcazaba, alcázar, rábida, adarve, almena, atalaya, alarde, algara, rebato, zaga, almirante, adalid, arráez, almocadén, alcaide, alférez, adarga, aljaba, alfanje

Tabla realizada por la autora

  • Adjetivos como: baldío, rahez, baladí, jarifo, zahareño, gandul, mezquin
  • Verbos: recamar, acicalar, halagar
  • Expresiones: fulano y mengano, en balde
El español le debe al árabe la partícula demostrativa "he aquí", "he allá". De la sintaxis, se agradece el sufijo -í; marroquí, alfonsí, sefardí, etc. 

La lengua de los mozárabes fue la continuación del latín visigótico, que al entrar en contacto con el norte de la península, terminó por diluirse hasta convertirse en lo que hoy se conoce como la segunda lengua con más hablantes en el mundo, el español.  

Bibliografía

Alatorre A., Los 1001 años de la lengua española. Fondo de Cultura Económica. México, 1989; 416 pp.  


1 comentario:

  1. Me encantó el título, se me hizo muy interesante y creativo, realmente captas la atención de los lectores con él. Está bien resumido, pero siento que tal vez te falta un poco más de información, solo para poder especificar más cosas.

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